sábado, 31 de diciembre de 2011

Liderazgo


"Un auténtico lider da primacía a la realidad sobre la apariencia; no se deja engañar por el aspecto ilusorio y superficial de las cosas, sino que va hasta el fondo, mira lo que hay tras la fachada de las personas, hechos y circunstancias. Si te atienes a la realidad de las cosas, si no te precipitas en los juicios ni dejas que te engañen las apariencias engañosas, te ahorrarás muchos sinsabores en la vida."


"Para conseguir una visión objetiva, correcta, clara y serena de las cosas, es indispensable corregir la propia mentalidad y liberarse de todos los vicios, errores, desviaciones o deformaciones de la visión tan frecuentes en la mentalidad moderna. Vicios como el subjetivismo, el pragmatismo, el racionalismo, el sentimentalismo, el individualismo, el partidismo, el especialismo o el voluntarismo deforman la vista intelectual de muchos dirigentes."
 
 A. Medrano Magia y Misterio del liderazgo.
 
Extraido de : http://exromalux.blogspot.com/search/label/Antonio%20Medrano

ODIO AL FUTBOL MODERNO

FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO OS DESEA EL FUTBOL ESPAÑOL... (mantened vuestras mentes ocupadas para que no os de tiempo a pensar)



¡5 años en la Red!

"Pero más importante fue que no esperaban nuestra respuesta. Creían que tras el bombardeo estaríamos todos muertos. Y lo que hicimos fue salir a nuestros puestos, emplazar las máquinas y recibirlos a fuego limpio. Las órdenes del capitán Palacios eran claras: "¡Resistir y resistir!".

Con este testimonio del Teniente Ángel Salamanca aprovechamos para celebrar, además de la despedida de un año y la entrada en otro, nuestro quinto aniversario de lucha en este blog. Muchas han sido la s ocasiones de dejadez o abandono del mismo, pues nuestras obligaciones profesionales o familiares han llegado a ocupar todo nuestro tiempo, pero siempre con algo de esfuerzo hemos podido hacer ese pequeño parentesis para abrir nuestra pequeña ventana al desahogo social que hoy vivimos.
Rememorando viejos personajes, grandes hazañas, y en otras ocasiones locuras mentales que se nos han ido ocurriendo, hemos conseguido ir poco a poco tirando de este hilo que esperemos siga resistiendo muchos años mas.
Para este quinto aniversario, queriamos hacer muchas cosas, tantas que al final no hemos hecho ninguna...ni video, ni fotos, ni nada...entre unas cosas y otras, cambios de trabajo, proyectos y asuntos familiares, se nos ha echado el tiempo encima y nos ha pillado el toro. Aun así, intentaremos sorprenderos de aquí a un espacio corto de tiempo con alguna sorpresa.

Gracias a todos aquellos que se asoman a este pequeño balcón de la disidencia, aqui se quedan un puñado de hombres que no tienen mas cometido que la resistencia.

viernes, 30 de diciembre de 2011

RIENZI


"¡Como! ¿Llorais la pérdida de nuestros amigos muertos en los combates? Su noble sangre es rocío que baña ardiente suelo, y Roma surge fertilizada del fecundante bautismo. ¡Cuantos héroes entre nuestros padres, no sucumbieron en estériles guerras! Pero, otros, afortunados en vuestros esfuerzos, lograsteis ser libres, grandes, fuertes, victoriosos; no me deis a pensar que sois capaces de maldecir un día de gloria. Ahuyéntese la tristeza, y ocupad vuestros puestos junto a mí. Dios, que protege mi raza, y lee en mi corazón, guiará mi brazo vencedor."
 
"Si llega un tiempo en que la Sociedad humana consigue un ideal bello y noble, ideal que no se conseguirá sólo por la eficacia de nuestro Arte, pero al que podemos aspirar y debemos alcanzar además mediante grandes revoluciones sociales, inevitables e inminentes- entonces las representaciones teatrales serán las primeras actividades colectivas en las que desaparecerán absolutamente las ideas de Dineroy Usura."


"Debemos contar la suma total de los sacrificios hechos antes de nosotros, no para que una generación capitule ante el destino y se extingan las de los tiempos futuros, sino en la esperanza de que cada generación cumpla, por su parte, con su deber en esta eterna sucesión de generaciones."
Richard Wagner: Arte y Revolución.

Último Viernes del año

jueves, 29 de diciembre de 2011

Sin valor añadido...



"Con la teoría de la felicidad, o del bienestar, como finalidad principal de la existencia, tan sólo formaremos hombres egoístas, adoradores de lo material, que arrastrarán las viejas pasiones dentro del nuevo orden de las cosas y lo corromperán en pocos meses. Debemos, pues, encontrar un principio de educación superior a tal teoría, que guíe a los hombres hacia mejores objetivos, les instruya en la constancia y en el auto-sacrificio y los una a sus compatriotas sin hacerles dependientes de las ideas de un sólo hombre o de la fuerza de todos"


Giuseppe Mazzini

Mi espíritu


Por encima de lagos,por encima de valles,
de bosques y montañas,de nubes y mares,
más allá del sol,más allá de los éteres,
más allá de los confines de la esfera celeste,

tú,mi espíritu,te mueves ágilmente entre las olas,
y como un buen nadador,
alegremente te sumerges en la profunda inmensidad
con indecible y viril voluptuosidad.

¡Elévate por encima de estos miasmas malsanos,
ve a purificarte en las alturas,
y bebe,cual puro y divino licor,
el fuego claro que llena los límpidos espacios!

Detrás de los hastíos y las grandes penas
que cargan con su peso la existencia abrumadora,
¡dichoso aquel al que un ala vigorosa
eleva hacia los campos luminosos y serenos!

Aquel a quien los pensamientos,cual alondras,
toman vuelo hacia el cielo matinal,
el que comprende la vida,y sin esfuerzo,
el lenguaje de las flores y de las cosas mudas.


Charles Baudelaire

Skoll - Pioggia D'Irlanda

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Solo contra todos

El Hobbit

martes, 27 de diciembre de 2011

V de Vendetta

"Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre, porque con un hombre se puede acabar. Pueden detenerle, pueden matarle, pueden olvidarle, pero 400 años más tarde los ideales pueden seguir cambiando el mundo".

"El pueblo no debería temer al gobierno, el gobierno debería temer al pueblo".

"El artista miente para mostrar la verdad, el político para ocultarla".

"Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo".


lunes, 26 de diciembre de 2011

Heraldos de España


El capitán de Artillería Julio Ruiz de Alda y Miguélez (copiloto, de Estella, Navarra)


El miércoles 10 de febrero de 1926, poco después del mediodía, a las 12.27, acuatizaba en aguas del Río de la Plata, en el puerto de Buenos Aires, el hidroavión Dornier Wal, "Plus Ultra", de la Aeronaútica Militar Española, que había realizado la hazaña de unir en un vuelo transatlántico la onubense ciudad portuaria de Palos de la Frontera, con la capital argentina. Curiosamente, desde el punto inicial del viaje también habían partido las carabelas de Cristóbal Colón, que llegaran a América en 1492.


Heraldos de España

(De "La Nación"-Buenos Aires, 11 de febrero de 1926)

El pueblo de la metrópoli ha salido al encuentro de los mensajeros de España con un grito de inmenso júbilo. El avión que descendió sobre el río con tan gallarda naturalidad de pájaro que va en lo alto del firmamento, sobre los anchos océanos cuyas brumas esconden los pliegues obscuros de la muerte, desencadenó en todos los pechos la fuerza del mismo latido y movió todas las manos en el mismo frenesí.

De este modo la ciudad nuestra, imantada por el uniforme sentimiento de alegría, acogió a los héroes y les expresó, con los rostros radiantes, con las voces estalladas en el espacio luminoso, lo que significa para la comunidad argentina la hazaña española, en el claro esplendor de su belleza heroica y en la severa esbeltez de su dignidad humana. Así repiten los hombres de la raza descubridora los hechos insignes que flamean en su historia, y en su historia se nos imponen con la ruda y gloriosa rotundez de una canción de gesta.

¿Quién no ha evocado en estos días de albricias triunfales a aquellos otros varones que surgieron del largo silencio de la meditación para lanzarse hacia las aguas tenebrosas, en el siglo en que el mundo tenía por límite un abismo de pavores? ¿Quién no ha pensado en las legiones que siguieron las huellas de las carabelas temerarias y débiles y se dispersaron por el Continente oculto en el misterio y le infundieron su espíritu y le dieron por acento la sonora potencia de su idioma? Y de nuevo, de la costa de Palos de Moguer, donde se yergue el campanario tímido que plañió en su lengua de bronce el augurio de buena ventura en la eterna mañana de la partida, donde vaga todavía la sombra doliente del que veía en lo ignoto, de Palos de Moguer, sumida en la austera melancolía de su soledad provinciana, han venido, cernidos sobre la ruta inmortal, para traer en sus alas obstinadas el saludo materno de España.

Y han venido para decirnos con su actitud maravillosamente sencilla lo que es el alma profunda y fértil de España.

Esa España de poesía en la acción, de la fantasía gigantesca en los propósitos, del don de lo desmesurado, del amor a lo inabarcable, de la mirada en lo imposible, para domar así lo inabarcable y para vencer así lo imposible, esa España que midió la tierra, es la que hemos recibido ayer con el corazón estremecido en los que llegaron del otro lado del Atlántico alucinando de visiones. Y al encontrarse en Buenos Aires, enguirnaldada y empavesada, los navegantes magníficos podrán creer que están en su propio solar porque les hablamos con sus palabras, los proclamamos en el ritmo recio y melodioso en el que se meció su vida y les envolvemos en el arrebato de una ternura fraternal que revela la honda intimidad de la progenie hispánica.

Son los bienvenidos en el seno de esta familia cordial, que sueña los sueños del caballero errante de la justicia, que ama en el verso español, que canta su regocijo en el cantar castellano y que ahora enarbola, bajo el cielo feliz, el pabellón de la Reina Católica, que flameó en el mástil de la Santa María y animó con su sangre y con su oro el ágil cuerpo del Plus Ultra.



No a la Droga



Nunca nuestra sociedad ha llegado a más altura material, y nunca hemos vivido más agobiados ni degradados: guerras, abusos, botellones, drogas, sexo, groserías, riquezas,…han sido elevadas a la categoría de dioses. Y estos dioses nos están esclavizando. Nuestros jóvenes privados de sus raíces morales son fácil pasto de charlatanes, de sectas sin cuento, embaucadores, que con el señuelo de libertad y riquezas caen en las redes de las drogas, del sexo, de sectas infames y de una vida fácil que , poco más tarde, se torna muy dura. Son como barcas sin remo ni timón, movidos caprichosamente por toda ola, y dirigidos a cualquier parte por cualquier viento. Sin embargo, se enorgullecen de creerse ¡Libres! Libres cuando están esclavizados por sus pasiones.

Extraido de http://exromalux.blogspot.com/

domingo, 25 de diciembre de 2011

Nuevos muñecos de FAMOSA


Cutty Sark

Feliz Navidad

Futuristas



"En el sosiego, en el orden, en el statu-quo, el hombre se va desmoronando, se alisa, se achata y de pronto ¡horror! se hace como todos, es decir, no es como nadie, no es nadie." Marinetti


"¡Marinetti! Te saludamos con la eterna admiración española ante lo que se mueve, grita, se desenfrena y revoluciona. A ti, cuyo enlace en España era esta: Unamuno, Baroja, Ramón, De Torre. Antipasatistas, vulcanizadores. Te saludamos con la convicción galileica frente al escepticismo: 'e pur si muove'."Ernesto Gimenez Caballero

“No creemos en un programa dogmático, en ninguna especie de cuadrado rígido que intente contener y avasallar la realidad, por definición cambiante y compleja. Nosotros nos permitimos el lujo de perfeccionar, de conciliar, de superar en nosotros mismos las contradicciones que se abaten sobre los demás, que se fosilizan en monosílabos de afirmaciones y negaciones. Nosotros nos permitimos el lujo de ser a un mismo tiempo aristócratas y demócratas, conservadores y progresistas, reaccionarios y revolucionarios, sumisos y rebeldes ante la legalidad según las circunstancias de los tiempos, de los lugares y de los ambientes; en una palabra, de la historia, en medio de la cual estamos obligados a vivir y actuar. ” B.M.

sábado, 24 de diciembre de 2011

¡En guardia!

VIDA RECTA



Los que titubean ante el esfuerzo es porque tienen adormecida el alma. El gran ideal da siempre fuerza para domar el cuerpo, para soportar el cansancio, el hambre, el frío.


¿Qué importan las noches en vela, el trabajo abrumador, o el dolor, o la pobreza? Lo esencial es conservar en el fondo del corazón la gran fuerza que alienta y que impulsa, que aplaca los nervios desatados, que hace latir de nuevo la sangre cansada, que hace arder en los ojos, adormecidos por el sueño, un fuego ardiente y devorador.
Entonces, nada es áspero ya. El dolor se ha transformado en alegría porque, gracias a él, nos damos más por entero, y el sacrificio nuestro se purifica.

La facilidad adormece el ideal. Le alienta, en cambio, él estimulo de la vida dura que nos hace adivinar lo profundo del deber cumplido, las responsabilidades que hay que afrontar, y la gran misión digna de nosotros. Lo demás no cuenta. La salud nada importa. No estamos en este mundo para comer a horas fijas, para dormir con regularidad, para vivir cien o más años. Todo esto es vano y es necio. Sólo una cosa cuenta: tener una vida útil; perfilar el alma; estar pendiente de ella, instante por instante; Vigilar sus debilidades y exaltar sus impulsos; servir a Los demás derramar a nuestro alrededor la dicha y la ternura; ofrecer el brazo al prójimo, para elevarnos todos, ayudándonos los unos a los otros.

Una vez cumplidos nuestros deberes ¿qué más da morir a los treinta años o a los cien años?

¡Lo que importa es sentir el corazón encendido, cuando la bestia humana grita extenuada!

¡Que se levante y que siga, a pesar de todo!

Ahí está para eso, para agotarse, hasta el fin.

Sólo el alma cuenta, y ella tiene que dominar a todo lo demás

Breve o larga, la vida sólo vale algo si en el instante de entregarla no tenemos que sonrojarnos de ella.

Cuando la dulzura de la vida nos invita a la felicidad de amar, la belleza de un rostro o un cielo claro, da una señal que, de lejos, nos llama, cuando estamos dispuestos a ceder ante unos labios o a la luz y a los colores y al descanso de las horas largas, entonces es cuando estrecharemos dentro del corazón todos los sueños nimbados del oro de los instantes de suprema evasión.

La verdadera evasión es renunciar a las prendas amadas, y renunciarlas en el instante mismo en que su perfume nos hacía desfallecer.

En esta hora en que hay que rechazar y hundir lo más entrañable de nuestro ser y alzar el amor por encima del corazón, y, por lo tanto, cuando todo es cruel dolor, entonces es cuando también comienza a ser completo y puro el sacrificio.

Hemos franqueado nuestros propios límites; por fin podemos dar algo. Antes, todavía, nos buscábamos a nosotros mismos y a esas briznas de orgullo y de gloria que corrompen tantos brotes generosos del alma. No damos nada por el puro dar, sin calcularlo antes, pues todo está en uno de los platillos de la balanza, más que cuando, previamente, hemos matado el amor a nosotros mismos. Esto no es fácil, no, porque la bestia humana es reacia a comprender lo que la amargura quiere enseñarnos.

¡Qué dulce es soñar con el ideal y construirlo en el pensamiento! Pero es, en realidad, muy poca cosa.

El ideal hay que construirlo dentro mismo de nuestro vivir.

Arrancando piedra a piedra, para construirlo a nuestras comodidades, a nuestras alegrías, a nuestro descanso, a nuestro propio corazón.

Cuando, a pesar de todo, el edificio al cabo de Los años se alza ya, y cuando, a pesar de ello, no sé detiene uno en la faena, sino que se sigue y se sigue, aunque la piedra ya no se deje pulir, entonces solamente es cuando el ideal empieza a volar.

El ideal vivirá en la medida en que nosotros, nos entreguemos a él hasta morir.¡Qué drama, en verdad, el de la vida recta! L. D.



Pio Baroja y los politicos

"En todos los pueblos del mundo la política produce un elemento ambicioso, arrivista, bajo e inmoral. Político y chanchullero son sinónimos. Si en los países pequeños, en donde hay pocos hombres que se distinguen, se dedican éstos a la política y abandonan las artes y la industria, las profesiones científicas y literarias, esto sera una merienda de negros, y después de un período de Beocia reaccionaria tendremos un período de Beocia política."

 Pío Baroja - Momentum Catastrophicum

Humor - Perros callejeros



Como ha cambiado todo...

viernes, 23 de diciembre de 2011

Lee, escribe, medita, crea...



{Cuando estaba en éxtasis, un mundo de metáforas se materializaba ante sus ojos. La oruga hacía encajes con las hojas del cerezo; un guijarro lanzado a través de robles esplendorosos volaba hacia el mar. Las garzas perforaban la ajada sábana del mar embravecido para buscar en el fondo a los ahogados. Los duraznos se maquillaban suavemente entre el zumbido de insectos dorados; el aire, como un arco de llamas tras una estatua, giraba y se retorcía en torno a una multitud que trataba de escapar. El ocaso presagiaba el mal: adquiría la oscura tintura del yodo. Los árboles de invierno levantaban hacia el cielo sus patas de madera. Y una muchacha estaba sentada junto a un horno, su cuerpo como una rosa ardiente. Él se acercaba a la ventana y descubría que era una flor artificial. Su piel, como carne de gallina por el frío, se convertía en el gastado pétalo de una flor de terciopelo.


Cuando el mundo se transformaba así era feliz. No le sorprendía que el nacimiento de un poema le trajera esta clase de felicidad. Sabía mentalmente que un poema nace de la tristeza, la maldición o la desesperanza del seno de la soledad. Pero para que este fuera su caso, necesitaba un interés más profundo en sí mismo, algún problema que lo abrumara. Aunque estaba convencido de su genio, tenía curiosamente muy poco interés en sí mismo. El mundo exterior le parecía más fascinante. Sería más preciso decir que en los momentos en que, sin motivo aparente era feliz, el mundo asumía dócilmente las formas que él deseaba.

Venía la poesía para resguardar sus momentos de felicidad, ¿o era el nacimiento de sus poemas lo que la hacía posible? No estaba seguro. Sólo sabía que era una felicidad diferente de la que sentía cuando sus padres le traían algo que había deseado por mucho tiempo o cuando lo llevaban de viaje, y que era una felicidad únicamente suya.}


Cuentos de Yukio Mishima.  Texto extraido de : El muchacho que escribia poesia

El Juramento



" DE JURAMENTO ENTRE CADA DOS HOMBRES".


Esa fiel y honda amistad que pregona nuestro credo,
no es, tomarse un par de copas en solaz esparcimiento,
ni compartir un cigarro, ni contarse los secretos
que del pasado y presente todos los hombres tenemos.

Ese afecto espiritual cuyo comentario empiezo,
es mucho más legionario, mucho más que todo eso
de invitarse mutuamente, de prestarse algún dinero,
o congeniar por tener afines temperamentos.

la verdadera amistad y el desinterés sincero,
que trata de reflejar con torpeza mi intelecto,
tiene tan hondos matices, como colores el cielo,
como tonos la armonía, como gestas nuestro imperio.

Radical que significa todo lo noble y lo bello,
en un fraternal sentir, cuya abnegación y celo,
hermana motivaciones de elevados sentimientos,
por recios determinantes de comprensión y desvelos.

Y nos ciñe, ampara y guía, condicionando su esfuerzo,
a encaminarnos por limpios y justos entendimientos,
separando el bien del mal, con la rectitud y acierto,
que prevalece en la firme convicción de sus ejemplos.

En la cruz ardiente y viva de tus brazos y tu pecho,
que no espera nada a cambio aunque se da por entero,
se consagra eternamente, la fe de tu juramento.
¡"ESPÍRITU DE AMISTAD"! "CLAVEL REVENTÓN DEL TERCIO"

FEDERICO GRASES 1957

Viernes!

jueves, 22 de diciembre de 2011

Antica Tradizione - The Battlefield

Rompe tus cadenas, mira mas allá

El Mito de la Caverna. Platón.


En el mito de la caverna, podríamos afirmar, se concentra lo más profundo de todo su pensamiento. El mito, haciendo uso de imágenes dotadas de una gran fuerza descriptiva, muestra pluralidad de aspectos de su pensamiento: la visión de la naturaleza humana, la teoría de las ideas, el doloroso proceso mediante el cual los humanos llegamos al conocimiento, etc.


En el mito, Platón relata la existencia de unos hombres que desde su nacimiento se encuentran atados de piernas y cuello, en el interior de una oscura caverna. Prisioneros no sólo de las sombras oscuras propias de los habitáculos subterráneos, sinó también de su campo de visión, de manera que tienen que mirar siempre adelante debido a las ataduras sin poder nunca girar la cabeza. La luz que ilumina el antro emana de un fuego encendido detrás de ellos, elevado y distante.

Nos dice que imaginemos entre el fuego y los prisioneros un camino elevado a lo largo del cual se ha construido un muro, por este camino pasan unos hombres que llevan todo tipo de objetos o figuras que los sobrepasan, unos con forma humana y otroas con forma de animal; estos caminantes que transportan objetos, a veces hablan y a veces callan. Los cautivos, con las cabezas inmóviles, no han visto nada más que las sombras proyectadas por el fuego al fondo de la caverna -como una pantalla de cine en la cual transitan sombras chinas- y llegan a creer, faltos de una educación diferente, que aquello que ven no son sombras, sino objetos reales, la misma realidad.



El interlocutor de Sócrates, Glaucón, afirma que está absolutamente convencido que los encadenados no pueden considerar otra cosa verdadera que las sombras de los objetos. Debido a la obnubilación de los sentidos y la ofuscación mental se hallan condenados en tomar por verdaderas todas y cada una de las cosas falsas. Seguidamente, Sócrates se pregunta qué pasaría si uno de estos cautivos fuese liberado y saliese al mundo exterior. Pues, tendría graves dificultades en adaptarse a la luz deslumbradora del sol; de entrada, por no quedar cegado, buscaría las sombras y las cosas reflejadas en el agua; más adelante y de manera gradual se acostumbraría a mirar los objetos mismos y, finalmente, descubriría toda la belleza del cosmos. Asombrado, se daría cuenta de que puede contemplar con nitidez las cosas, apreciarlas con toda la riqueza policroma y en el esplendor de sus figuras.

Si el prisionero liberado, volviera a la obscura caverna para comunicar su descubrimiento, ¿le creerían? No, sino que se reirían de él, diciendo que la ascensión le ha perturbado. Incluso, afirma Sócrates, que si intentase desatarlos y hacerlos subir por la empinada ascensión hacia la entrada de la caverna, si pudiesen prenderlo con sus propias manos y matarlo, le matarían; así son los prisioneros: cómodos en su engaño y violentos.

martes, 20 de diciembre de 2011

El capitalismo mató al hombre blanco.



El capitalismo mató al hombre blanco. Siempre hubo guerras y hubo imperios, territorios ocupados de frente, a paso de marcha, pero eso era distinto. Había ciertas normas superiores, dioses, una multitud de hijos, heroísmo y comprensión de la naturaleza de las cosas. Pero luego ya no. Todo comenzó a tornarse abstracto, monetario, la esclavitud invisible de los trusts, de los consorcios y de la moneda.


El hombre blanco siempre guerreó entre sí. Los griegos entre sus varias ciudades, los germanos y los eslavos, los romanos y los celtas. Pero eran otras guerras, de pueblos vitales, fuertes, en crecimiento. Pueblos con identidad, con dioses y cultura. No había nada que no fuera eterno. Los muertos también lo eran: por eso había para ellos un culto.

Pero luego ya no. Los recursos naturales ganados con la fuerza de la espada no eran ya para el pueblo más fuerte, para el conquistador. Eran para alguien invisible. Para las máquinas y quienes están detrás de las máquinas. Primero la máquina a vapor, otra escala, otra economía, y el poder de la moneda. Entonces la guerra careció de sentido, de honor, de territorio, de estética. Ya no materiales nobles conquistados, ya no el trigo, el hierro y la madera. Ahora el oro, la letra de cambio, las líneas de producción alimentándose a sí mismas.

Entonces el hombre blanco dejó de nacer y de reproducirse. Ya no tenía sentido más que el instante. Lo único propio de una vida ajena. Nadie eternizaría las batallas: ni poetas, ni reyes ni caudillos. Ni dioses ni muertos transformados en semidioses. Lo anónimo dejó de pertenecer a la comunidad y pasó a ser de los mercados. Y el hombre mismo pasó a ser máquina, abstracción productiva, sólo vacío.

El capitalismo mató al hombre blanco. No por las guerras, al fin y al cabo parte de la historia, sino por la nueva naturaleza de las guerras. Guerras sin comunidades, sin belleza, sin honor y sin héroes. Guerras abstractas, quemazón de ciudades desde el aire. Guerras de números, de estadísticas, de contadores y de economistas.

El capitalismo es para los chinos. Ellos son ordenados y manejan bien el capitalismo de Estado y el capitalismo de empresa. El Estado es la empresa, y la empresa es el partido. Y el partido negocia los directorios con las grandes empresas capitalistas de Occidente. Nosotros no somos buenos para eso. Ni siquiera los alemanes, a quienes siempre surgirán ciertas dudas atávicas. Cierta nostalgia de antiguos pensamientos, los dioses de los bosques y todas esas cosas.

La máquina condiciona el engranaje a su propia naturaleza. El hombre blanco es una pieza que nunca fue esencial en una máquina ajena. Una pieza cada vez más pequeña, más anónima, más perdida en el gran resentimiento que genera rechazarse a uno mismo, a los milenios de antiguos antepasados. Dicen que la peor corrupción es la corrupción de los mejores. Al mirarnos al espejo debemos creer que es justamente así.

Juan Pablo Vitali

lunes, 19 de diciembre de 2011

Albacete No Conforme

                                           http://albacetenoconforme.blogspot.com/

DERECHO A ODIAR

Os quedáis con mi dinero, os quedáis con mi trabajo, me prohibís expresarme libremente. / Seguir vuestros pasos me arruinaron la vida, pero hicieron crecer de inmediato el odio en mí. / Yo estoy solo, soy ese hombre del saco al que hay que combatir. / Pero mi espada es mi voluntad y el odio es mi escudo.


Desafiare todos los atropellos que en silencio soporte. Les diré alto y claro: ¡Puedo odiar a quien yo quiera!

Tomare como opción la libertad aunque no tarden en extender futuras mentiras sobre mí. / Ellos pervertirán la verdad, desviarán los hechos para que puedan seguir manteniendo su consejo de guerra. / No voy a cambiar, estoy dispuesto a aceptarlo, permaneceré firme y dispuesto. / Porque mi espada es mi voluntad y el odio es mi escudo.

Desafiare todos los atropellos que en silencio soporte. Les diré alto y claro: ¡Puedo odiar a quien yo quiera!

El odio me rodea, me traspasa y no tiene límites. Odio a muchos, les odio, mi odio es grande y poderoso. Hasta que paguen por su culpa seguiré amamantando de la venganza. Mi voluntad es mi espada y mi odio mi escudo.

Desafiare todos los atropellos que en silencio soporte. Les diré alto y claro: ¡Puedo odiar a quien yo quiera!
¡Puedo odiar que quién yo quiera, porque odiar también es un derecho humano!

EXTRAIDO DE : http://pintan-bastos.blogspot.com/

sábado, 17 de diciembre de 2011

ODIO AL FUTBOL MODERNO

De cuando los rollos de papel servían para algo mas que para limpiarse el culo...

Quijotescos poemas



Sobre la realidad de Sancho Panza

de don Quijote el ideal descuella,
cual sobre un nubarrón luce una estrella,
y sobre un egoísmo una esperanza.

En el palenque del honor se lanza,
defiende la justicia porque es bella,
y prosigue impertérrito la huella
de esa quimera que jamás alcanza.

Don Quijote que vive de su sueño
todo el azul de la ilusión expande,
y a la grosera realidad resiste.

Cabalgador eterno del ensueño,
ante las realidades es muy triste.



Por José Gálvez

Cena de Navidad 2011



Nos vamos de cena de navidad y con todas sus consecuencias. Despues de mucho tiempo nos hemos vuelto a reunir aprovechando las fechas que se acercan para darnos un homenaje, celebrar que todos estamos bien, que tenemos salud, que seguimos teniendo fuerzas para seguir luchando y que no nos rendiremos nunca.

viernes, 16 de diciembre de 2011

SAM THE SHAM AND THE PHARAOHS

¿Qué te parece?...¡Es Viernes!

jueves, 15 de diciembre de 2011

Religión de hombres honrados


(Imagen: Tercio de la Legión. Larache (Marruecos), 1942)

Ya sale el Sol que abre el corazón y las esperanzas. La luz termina con las alucinaciones provocadas por las tinieblas, el frío, el cansancio y la sed. Las rocas escarchadas y coronadas de musgo reflejan el dorado que viene del Este. Abajo, en la vaguada, un jabalí retorna nervioso a los arbustos, como si mi sorprendida mirada le hubiera lanzado un rayo de alarma. Se acabó mi imaginaria.


Remuevo la basa bajo la que mis camaradas habían estado las últimas dos horas, conciliando el duermevela de las peñas, con el estimulante de sobresaltos y micro-pesadillas que son los cargadores clavados en las costillas. “¡Diana! ¡Venga arriba, antes que despierte el sargento!-digo entre dientes” .

Recojo la MG y “mis lejías” hacen lo propio con el trípode y las cajas. El sargento, desayunando su primer Chesterfield, nos mira lobuno, puede que reviviendo por enésima vez la misma escena. “Sin novedad, mi sargento”. Bajamos en hilera de combate por el collado en el que habíamos estado esperando a los tártaros durante la noche…y, aunque el enemigo seguía sin presentarse, guardábamos las distancias e intervalos cubriendo los flancos, sin munición real.

En el punto de reunión de la sección, las caras de nuestros camaradas reflejan como un espejo nuestro cansancio mezclado con el ánimo del retorno. “Sin novedad, mi teniente”. Cruce de sonrisas e ironías entre veteranos “¿Hemos ganado?- Vaya horitas que se gasta el enemigo…-Vaya careto, Peláez…” que terminan con un “-¡Callad la boca!” del sargento. Nos marchamos de nuevo, esta vez en columna, hacia el punto de reunión de la compañía.

Allí esperaban las otras secciones, “a su bola”, ya sentados sobre las mochilas colocadas en hileras, por pelotón, dentro de cada sección. . . Alguno pagaba, a parte, los errores cometidos durante el ejercicio. “Sin novedad mi capitán” Apuramos, tranquilos esta vez, un café “tres pasos” en el cacillo de acero inoxidable, acompañado de un par de galletas maría. Nos quitamos el barro y el camuflaje, nos limpiamos las botas y nos afeitamos junto al aljibe. Ya llegan los últimos vehículos.

Entre canción y canción, siesta y siesta, en el camión, nos poníamos de acuerdo para gastar el dinero de las maniobras esa misma noche. Había hambre de mundo y comodidad material. Pero dentro de algunos de nosotros, en un altar que se abriría plenamente más tarde al abandonar para siempre el uniforme, se erguían estandartes desdeñosos de todo eso que ahora buscábamos con alegre despreocupación.

Sin saberlo, bajábamos cambiados como lo hacen los montañeros de una olímpica y fría cima, a la mundana calidez del llano. Sin saber que, cuando subir al templo no fuera ya posible, mostraría éste su verdadero y profundo significado y nos armaría de palabras exaltadas a falta de armas, altas cotas y amaneceres de campaña. Convertidos para siempre en secretos fieles de esta religión honrada.

Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que el adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.

Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad

que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.

Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el valor, la bizarría,

el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son

caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.



Pedro Calderón de la Barca

Naturaleza Viva



Estaba yo un día solo. Había pasado el águila real, y no solamente me había brindado uno de sus penetrantes vuelos de caza, sino que había estado describiendo las más fantásticas acrobacias en compañía de su pareja. ¡El águila! El macho y la hembra colgados en el cielo estuvieron como cinco o diez minutos, ¡quien sabe!... ¡Yo estaba prendado de sus alas!, ¡yo quería volverme pájaro!


Félix Rodríguez de la Fuente

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Metapolítica de Corto Maltés

Antes de leer esto un camarada me dijo : "es un articulo para disfrutar"...


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Decir de alguien que “es un aventurero” no es precisamente un elogio. Así solemos designar a personajes de errática conducta y de poco fiar, en el mejor de los casos a inmaduros a los que conviene evitar o tener a raya. No siempre fue así en otras épocas. Pero en una sociedad tabulada por criterios de competitividad y producción ya no hay sitio para comportamientos deslavazados, ajenos a rentabilidades y hojas de cálculo. La religión del progreso, de la cuantificación contante y sonante de resultados y del compromiso con causas llamadas a mejorar la condición de la humanidad dejaron en mal lugar a estos traficantes de quimeras, que quedaron relegados al ámbito de las curiosidades pintorescas y la cultura popular.


Porque el aventurero es un ser desreglado, pródigo y manirroto con su propia vida y con la de las demás, cuya continua búsqueda de acción rebota sobre sí misma y no está, en último término, al servicio de nada. Extravagancia suprema: las ideas de riesgo, de imprevisión, de gratuidad. Sospechoso de individualismo reaccionario, el aventurero se nos aparece, de entrada, como un ser no útil. ¿Consiste acaso, ser aventurero, en el deseo de ser inútil?

Curiosamente fue en el período de más álgido fervor progresista – en los optimistas años sesenta, tan llenos de compromisos y militancias –cuando apareció en Europa el último gran arquetipo de aventurero romántico: el marinero, vagabundo y “gentilhombre de fortuna” Corto Maltés. Y lo hizo –como era de esperar– en el ámbito de la cultura popular, de la mano de un dibujante de historietas: el veneciano Hugo Pratt (1927-1995).

La polémica sobre el estatus cultural del cómic – “noveno arte” para algunos, arte menor o manifestación cultural secundaria para otros –no acaba de cerrarse, pese a haber dado lugar a sesudas reflexiones.[1] Fuera como fuese, lo cierto es que pocos autores como Hugo Pratt han hecho tanto para elevar el cómic europeo desde su consideración de simple entretenimiento popular hasta la de fenómeno cultural con entidad propia, al menos no inferior a otras creaciones artísticas. En ese sentido la expresión “literatura dibujada” – que Pratt reivindicaba para el cómic– es muy ilustrativa, a la par que indica el nivel de autoexigencia y de rigor que este autor empleó en todo su trabajo, de forma sobresaliente en Corto Maltés.

Conviene subrayarlo: Hugo Pratt es uno de esos autores “de una sola obra”, todo lo que hizo se eclipsa ante la figura de este vagabundo de los mares. Hugo Pratt es Corto Maltés, y Corto Maltés es Hugo Pratt. Ello es así porque la alquimia de Pratt acertó en crear lo que solo muy pocos autores consiguen: un arquetipo, un ente de ficción de dimensiones míticas. O lo que es lo mismo: un relato que nos habla desde más allá de la pura literalidad de lo narrado, y que se dirige directamente al fondo de nuestra conciencia. Y ello no para ofrecer un mensaje que se refiera a un “sentido” cualquiera que darle a la vida – sea lo que fuere lo que eso quiera decir – sino más bien otra cosa: un atisbo de lo que sería la experiencia – o el éxtasis – de sentirnos intensamente vivos. Y eso es precisamente a lo que todos, en el fondo, más aspiramos. En ese sentido Corto Maltés es un arquetipo, y como tal opera en las fronteras de la fantasía y la realidad. Ahí estriba la fuerza de este personaje: en su realidad.

Cuando decimos que Corto es real nos referimos a que, como todo buen personaje literario, es capaz de vehicular una gama de contradicciones y claroscuros sin indicio alguno de simplificación o maniqueísmo. Personajes de múltiples aristas que nos interpelan desde la fuerza sintética de las viñetas, en Hugo Pratt lo esencial no es nunca el hilo narrativo de sus historias, sino la intensidad de los textos: esos diálogos esquemáticos, sutilmente entretejidos de referencias culturales y literarias, que fluyen de forma ligera pero en los que nada es gratuito, y sobre los que reposa la autenticidad dramática de sus personajes. Textos que se adecuan a la perfección con las imágenes de ese gran dibujante que fue Pratt: imágenes de trazo vigoroso y no demasiado bello, casi abstracto a veces, que en la sucesión y la descomposición de planos actúan como contrapunto elocuente de los diálogos y los silencios.

¿Quién es Corto Maltés?

Corto Maltés es un “gentilhombre de fortuna”, eufemismo tomado de R.L. Stevenson para designar a un pirata. Pero lo cierto es que, a lo largo de los 15 álbumes que constituyen el corpus de la saga – tal y como apareció entre 1967 y 1992 – escasamente aparece este personaje enfrascado en actividades de piratería stricto sensu. Lo suyo es más bien un vagabundeo desordenado y un tanto indolente, al albur de donde le lleven los vientos, los reclamos de la amistad o alguna empresa tan supuestamente crematística como quimérica. E indefectiblemente nuestro héroe terminará enrolado en las luchas descabelladas de algún grupo de rebeldes, guerrilleros o desperados, o enredado en los manejos turbios de algún grupo de conspiradores o de sociedad secreta que casi siempre le volverán a arrojar al casillero de salida… sin que a él parezca importarle demasiado. Los escenarios de sus andanzas son los típicos “grandes espacios” del relato clásico de aventuras: los mares del sur, los archipiélagos del Pacífico, los puertos del Caribe y las selvas sudamericanas, Extremo Oriente, Asia central, Siberia… y también, muy significativamente, ciertos lugares europeos dotados de un extraño misticismo: Irlanda, Venecia, Suiza…

Un elemento esencial de la saga de Corto es la época en la que tiene lugar: los años que van desde 1905 – guerra ruso-japonesa, su primera aventura – y ya bien entrados los años veinte, cuando se pierde el rastro del personaje. “Ojalá vivas tiempos interesantes”, decía una maldición china. El activista y escritor alemán Ernst Von Salomon escribía sobre aquellos años: “nuestra época es interesante – posiblemente la más interesante de la historia. Jamás ha existido una generación que haya vivido tantos acontecimientos– y tan variados”. Es la época de sangre y de hierro de la guerra mundial, de los imperios que se derrumban y de las naciones que surgen, de la revolución soviética, del fascismo, de las vanguardias, del desplome de un mundo anclado en el peso de la tradición y del inicio de un tiempo nuevo, en el que hombres que surgen de la nada se convierten en semidioses. La hora de los desarraigados, los desclasados y aventureros que pueblan el mundo de Corto Maltés.

Con una nota adicional: por primera vez, la política se hace aventura y la aventura, política. Las masas irrumpen en la vida pública y todo – hasta las decisiones más cotidianas – adquiere una dimensión política. Y si el mundo se configura como una gran batalla en la que todos toman partido: ¿cuál es, en esa tesitura, la posición de un aventurero en estado puro? ¿Cuál es su respuesta a la eterna pregunta: qué hacer? ¿En donde estriba la dimensión política de Corto Maltés?

Retrato del aventurero

Señalábamos arriba que el aventurero no está, en último término, al servicio de nada. Por eso parece difícil hablar de su dimensión política, puesto que él es justo lo contrario del militante. “Esencialmente ajeno al fanatismo y al maniqueísmo, el aventurero se compromete con una causa sin adherirse a la misma, y si arriesga su vida lo hace más por su propia salvación que por la victoria.”[2] Su catecismo es la acción y descree de ideas o doctrinas, porque su móvil no es el altruismo sino su incompatibilidad profunda con el mundo tal y como se le ofrece. Su rebelión es una búsqueda constante de ese instante supremo que Von Salomon describía como “aquél en el que una vida se encuentra condensada, aquél que nos confirma estar a la altura de todo un destino, aquél que nos hace sentir el verdadero valor del mundo”. Ese momento en el que, en el decir de Borges, el hombre sabe para siempre quién es. Para el aventurero la acción no es más que una búsqueda constante de sí mismo, y por ello todas las doctrinas le son accesorias: las revoluciones sólo afectan al orden social y político, pero lo esencial – la que sería la victoria última y definitiva, la transformación del hombre – se les escapa. “Ningún Estado, ninguna estructura social crean la nobleza del carácter ni la cualidad de espíritu. Todo lo más pueden crear las condiciones propicias, lo que ya es mucho”.[3] El aventurero sabe que lo esencial sólo depende de uno mismo, y eso hace de él un solitario irreductible. Y sabe que “sólo hay una victoria, y ésta es eterna: esa que no tendrá jamás”,[4] lo que le convierte en un ser tan lúcido como desesperanzado.

¿Cuáles son pues sus banderines de enganche? No los de aquellos que pretenden “arreglar las cosas”, ni los que pretenden “tener razón” – “hay que dejar que los imbéciles tengan razón, para que puedan consolarse de no poder tener otra cosa”, decía Gide. El aventurero solo otorgará su lealtad a seres concretos, en virtud de lazos invisibles de empatía y afinidad: “quiero aproximarme a un hombre por su naturaleza y no por sus ideas. Quiero la fidelidad en la amistad, y no la amistad condicionada a una actitud política. Quiero que un hombre sea responsable ante sí mismo, y no ante una causa, aunque fuera la de los oprimidos”.[5] Sus afinidades electivas responden preferentemente a motivos estéticos, y pocas estéticas más atrayentes que la de las rebeldías y los combates desiguales, esas causas perdidas que, según Borges, son las únicas que pueden atraer a un gentleman. Byron en Grecia, Gordon en Khartoum, Lawrence en Arabia, D´Annunzio en Fiume, Von Salomon en Silesia. Y si se pone de parte de los humildes no es porque éstos le parezcan mejores, sino porque son los vencidos. Solitario a la par que solidario, el aventurero hace suya la esencia del dandysmo, esto es, la “rebelión perpetua, el rechazo del gregarismo, el elogio del individuo, la insumisión permanente”.[6]

El aventurero no es moral. No juzga ni condena, no predica ni trata de convencer, ni admite que le convenzan. Es reacio al ejercicio de la conciencia fiscal, a la búsqueda de chivos expiatorios y a las valoraciones maniqueas como formas de control ideológico sobre la conducta ajena. Siendo la suya una ética de la acción, ésta no atañe a nadie más que a sí mismo. Y si lucha contra algo a lo que considera una forma particular del mal, lo hace a sabiendas de que nadie es el culpable último de ese mal, y de que los malos también pueden tener sus razones.

En todos esos sentidos Corto Maltés es un aventurero químicamente puro. De entrada se nos presenta como el individualista absoluto, como un egocéntrico sin otra fidelidad que la que se debe a sí mismo: “yo no tengo enemigos, sólo mis propios intereses”. Una omnipresente ironía le permite desactivar cualquier intento de reclutarle para la causa que sea, y una coraza de cinismo preserva su soberanía interior de todo amago de intromisión: “¿de qué lado estás tú? –yo, del lado del más fuerte.” Pero como en todos los personajes de psicología elaborada, sus actos contradicen una y otra vez sus palabras: lo cierto es que siempre se las arregla para que sus intereses coincidan con los de los más débiles, o con las causas de determinados colectivos. ¿Qué causas son esas?

La causa de los pueblos

Corto Maltés es un pirata, un vagabundo sin patria y sin bandera. Sus ideas, que nunca proclama de forma explícita, son individualistas, libertarias y anarquizantes. No es un militarista, y las matanzas organizadas le resultan ajenas: “Estas guerras…no alcanzo a comprenderlas. Una guerra revolucionaria sí, tal vez…pero no estas guerras”. ¿Cree Corto en “la” Revolución, en un mundo nuevo fundado en valores “progresistas”? Algún crítico despistado así lo ha afirmado al compararlo con una especie de “Che Guevara” avant la lettre, habida cuenta de que, cuando de sus intereses se trata, éstos suelen caer del lado revolucionario y a favor de grupos oprimidos. ¿Tan simple como eso?

En una imagen de Corto Maltés en Siberia el personaje de Pratt sostiene el libro Utopía de Tomas Moro, un libro que le provoca un sueño profundo y que, como finalmente reconoce, jamás ha podido terminar. Una forma clara de subrayar la incompatibilidad radical del aventurero con cualquier tipo de dogma redentor: el pensamiento utópico y su promesa de “mundo feliz” sólo le producen un invencible tedio, porque una humanidad unificada y “liberada” de todas sus contradicciones supondría la muerte de la aventura. Parece difícil pensar que Corto Maltés pueda identificarse con ningún “gran relato” progresista, ya sea éste el materialismo dialéctico o la parusía del Mercado global. Porque si este impecable dandy y “gentilhombre de fortuna” manifiesta su simpatía por alguna revolución nunca lo es hacia aquéllas conducidas por el integrismo sombrío de los resentidos, sino hacia las que reivindican una ética de la belleza y una dimensión heroica de la vida. Aquéllas a las que se refería el poeta inglés D.H. Lawrence cuando escribía:

Si haces una revolución, hazla alegremente (…)
No la hagas porque odias a la gente,
Hazlo sólo para escupir en sus ojos
No la hagas por dinero, hazla y condena el dinero

No la hagas por la igualdad
hazla porque tenemos demasiada igualdad,
y va a ser gracioso sacudir el carro de las manzanas
y ver por qué lado se irán éstas rodando.

¿A qué revoluciones se suma Corto Maltés? En uno de sus primeros álbumes, La Balada del Mar Salado, la acción se sitúa en los archipiélagos del Pacífico en vísperas de la primera guerra mundial. En una escena el melanesio Cranio refiere a Corto cómo la acción de los blancos – el colonialismo, esa primera globalización – está destruyendo el mundo heredado de sus mayores, así como el yugo que supone para los nativos el verse mezclados en guerras que no son las suyas. Habla también de la construcción de una patria melanesia y de su futura afirmación identitaria: “es como si tuviéramos que remendar de nuevo, trozo a trozo, un gran manto”. El diálogo que sigue es significativo: – Corto: “vaya, vaya… no sabía que eras un nacionalista” – Cranio: “llámale nacionalismo si quieres, pero siempre hace falta comenzar por algo”. La historia de Corto es también la de una toma de conciencia.

Corto no es racista, porque sabe que todos los hombres de calidad son hermanos, cualquiera que sea su raza. Pero tampoco es raciófobo, porque sabe que el respeto solo surge de la alteridad, y que la riqueza del mundo es su diversidad. El mundo como pluriverso: nada que ver con una empalagosa y folklórica apología del mestizaje. A lo largo de la saga de Pratt las únicas causas presentadas de forma atractiva son aquellas que se encarnan en seres humanos concretos, celosos de su libertad, de su identidad y de su cultura, y nunca las que se presentan como fórmulas universales de salvación y redención. Y si Corto Maltés simpatiza con alguna revolución, siempre lo hace con revoluciones nacionales.

El supuesto progresismo del protagonista tropieza además con otro aspecto: los personajes – históricos o de ficción – más interesantes de la saga son siempre los representantes del viejo mundo: rebeldes contra el mundo moderno como Ungern Von Sternberg – el último general blanco –, protagonista de una alucinante cabalgada por las estepas mongolas en pos de un nuevo Imperio de Gengis Khan. O el poeta Gabrielle D´Annunzio. O el teniente de la marina imperial alemana Slütter, a quien su fidelidad a viejos códigos caballerescos conduce a una muerte absurda. O la aristócrata rusa Marina Seminova – al mando de su tren blindado en plena guerra civil en Siberia –, personaje artificiosamente literario que expresa una intuición: los últimos representantes de una raza son siempre los más bellos… y desaparecen para siempre. Los personajes más atractivos de Pratt son siempre los representantes de alguna sabiduría ancestral, muy tradicional y muy poco progresista…

A Corto Maltés, el pirata sin patria y sin bandera, se le ve frecuentemente en compañía de quienes luchan por ambas. El mundo de Hugo Pratt, toda su obra, es un mundo de uniformes. Si el marino maltés simpatiza con el anticolonialismo no por ello los soldados coloniales aparecen retratados de forma caricaturesca o negativa. Pratt – que odiaba la guerra porque la conoció – ve siempre al hombre debajo del uniforme, y esos uniformes son siempre tratados con respeto, en cuanto dan a entender que el que los porta es capaz de sacrificarse por una idea superior. Sueños de gloria… musita Corto Maltés en uno de sus episodios. Una falta de maniqueísmo que se manifiesta continuamente, como en el hecho de que personajes negativos o con las manos manchadas de sangre sean capaces de redimirse por un rasgo de nobleza o por un gesto último de valor. El propio Corto, llegado el caso, no se muestra timorato a la hora de disponer de vidas ajenas, y en numerosas aventuras se le ve acompañado por su alter ego Rasputín, un asesino cruel y traidor que, sin embargo, no acaba de caernos antipático... y nos recuerda que, al fin y al cabo, el bien y el mal coexisten en todos y cada uno.

Son aspectos que arrojaron en su día una sombra de sospecha sobre Pratt. ¿Corto Maltés… fascistoide? No hay nada de eso: en el pirata sin patria y sin bandera no hay cabida alguna para cerrilidades o fanatismos. Pero si, forzando un poco la mano, tuviéramos que encontrar alguna categoría política que definiese a Corto tal vez podríamos hablar de una especie de “anarquista de derecha”. Anarquista en cuanto encarna una aspiración libertaria, aunque sin rastro alguno de idealismo o utopía. De derecha si consideramos que una actitud aristocrática y una ética del honor son cualidades de derecha. A lo que hay que añadir una búsqueda del absoluto que deriva de una visión no materialista del mundo, y que constituye un aspecto definitorio del personaje.

Metáfora del viaje

Toda la saga de Corto gira en torno al viaje como símbolo de construcción interior, a través de pruebas y de combates, de transformación y de elevación. Una travesía del laberinto con ecos del mito del Grial. Si bien el ciclo del Maltés comienza bajo el signo de una aventura realista, terrenal y concreta – en la estela de R.L Stevenson, Joseph Conrad y Jack London – a medida que la historia avanza ésta va adquiriendo el tono de un viaje iniciático: los elementos mágicos se hacen más presentes y en los últimos álbumes – con un dibujo de trazos cada vez más abstractos – Corto aparece más bien como un ser a caballo entre dos mundos, la realidad y el ensueño. Es como si Pratt recurriese al lenguaje del mito como única forma posible de plasmar algo tan inexpresable como simbólico y verdadero, de forma que la sólida cultura tradicional del autor veneciano establece un juego de referencias simbólicas que reclama diversos niveles de lectura, y en el que se da cita buena parte del patrimonio esotérico de Europa. No es por casualidad que, en una contradicción tan sólo aparente, sea en la geografía secreta de Suiza – ese crisol del imaginario mítico europeo– dónde el vagabundo de los mares emprenda su última gran aventura: la confrontación con su identidad.

Esta conclusión de la saga de Pratt – que al modo calderoniano parece concluir con un “la vida es sueño” – no ha dejado de desconcertar a muchos de sus primeros lectores, los más apegados al esquema tradicional del relato de aventuras. Sin embargo la evolución del personaje es plenamente coherente con la mística profunda de la aventura: toda acción vivida intensamente comporta una dimensión espiritual, que conduce hacia formas más altas de consciencia. No hay incompatibilidad real entre acción y contemplación. O lo que es lo mismo: la auténtica aventura no depende del número de millas recorridas, porque es siempre la que nos confronta a nosotros mismos.

Lo cual responde a los presupuestos ideológicos de Pratt: en una entrevista se declaraba enemigo “de la cultura oficial, de los que quieren por la fuerza que todo sea materialismo histórico, de los que quieren privarnos de la imaginación”. [7] Lo que también explica su apego por el patrimonio mitológico europeo y por sus potencialidades literarias. Así, en una de sus historias de guerra – Sueño de una mañana de invierno – la batalla entre británicos y alemanes corre paralela al enfrentamiento que, en un mundo de ensueño, mantienen los protagonistas de la mitología céltica con sus homólogos germánicos, del mismo modo que en la Iliada la batalla de los hombres en la tierra daba la réplica al conflicto entre las divinidades olímpicas.

Y todo ello engarza también con la propia esencia de la aventura como opción vital frente al mundo moderno. No se combate un materialismo con otro materialismo, no se opone el cemento a la escayola. Si la modernidad marca el apogeo de la razón instrumental la aventura se caracteriza por todo lo contrario: por su inutilidad y por su carácter gratuito. La aventura se da la mano de la poesía, ambas son “dos formas de auto-realización, y más allá de eso, de desvelar el sentido del mundo. Ambas tienen la misma virtud y participan de la misma mística. La mística de la aventura podría definirse como: hacer de la propia vida un poema en acción”.[8]

Disparos sobre la historia

Hugo Pratt conoció en vida la incomprensión de cierta izquierda – la “izquierda siniestra” como él decía – que le acusaba de ser demasiado fantasioso, un escapista reaccionario de espaldas al compromiso con la realidad. Es el viejo reproche de “aventurerismo” que, desde la severidad “científica” del materialismo dialéctico, siempre se ha dirigido contra aquellos que se aproximan a la revolución más en el espíritu de Robin Hood que en el de Carlos Marx. Según esto la aventura sería lo que no funda nada, una distracción o un rodeo, algo inservible para hacer avanzar la historia.

¿Es así realmente? En una época de gestores y de contables parece difícil afirmar lo contrario, o animarse a confiar los presupuestos generales o el sistema de pensiones a una cofradía de aventureros. Y sin embargo…

Sin embargo sabemos que los que hacen soñar a los pueblos y los preparan para grandes desafíos no son nunca los gestores y los contables… sino los otros. El aventurero cree en la voluntad individual y en su poder para forzar el curso de las cosas, desconoce de determinismos y, llegado el caso, dispara sobre la historia para obligarla a discurrir por cauces inicialmente no previstos. Las más de las veces se da de bruces contra la realidad. Pero siempre habrá épocas de excepción en las que los ojos se vuelven, para bien y para mal, a personajes de perfil aventurero. Y no pocas veces sus causas perdidas, al pasar al imaginario colectivo, se convierten en causas ganadas para la posteridad.

Hay una imagen poderosa en la saga de Pratt que ilustra esa confianza ciega en el poder de la voluntad para forzar el destino: Corto Maltés se automutila al trazarse con un cuchillo una línea de la fortuna en la mano. El aventurero es el hombre decido a no contentarse con la realidad, y cuando él quiere, no son sus circunstancias o los usos del presente los que quieren, sino él mismo. Ser héroe – decía Ortega – consiste en ser uno, uno mismo.[9] Por eso para el filósofo madrileño la heroicidad equivale a voluntad de aventura, y por eso toda meditación sobre la aventura es, en realidad, una meditación sobre el heroísmo.

Existe una metapolítica de la aventura, en la medida en que esta mística surgida en tiempos modernos constituyó el refugio para una serie de valores premodernos que habían sido eclipsados por el auge del racionalismo y de la sociedad burguesa. Toda la modernidad puede interpretarse como la victoria de la inteligencia sobre el carácter, de los inteligentes sobre los sensibles. Ante el entusiasmo que galvaniza el corazón y conduce al sacrificio los inteligentes sonríen y se colocan de perfil. Los aventureros no son razonables. Intuyen que es precisamente en la ruptura de la cadena de acontecimientos razonables donde está el acceso a la parte de misterio del universo. Gratuidad, riesgo y sentido heroico de la existencia, los valores aristocráticos por excelencia. La aventura es una mística que llama a la formación de una nueva aristocracia, una aristocracia que no excluye en principio a nadie porque ya no se vincula a títulos y posesiones, sino a la pertenencia a una nueva élite, la élite del carácter.

Los personajes de Pratt serían definitivamente impensables en nuestra época, hecha de experiencias light yde tipo ortopédico. ¿Corto Maltés en un safari todo incluido?¿Corto Maltés viajante oenegero? ¿Corto Maltés acumulando amigos en Facebook? Entramos en la época de la transparencia total. Incluso el último océano que para el hombre parecía por explorar, el sexo femenino, se encuentra hoy organizado como “género”. Desde su ideología libertaria, anarquista y heroica Hugo Pratt estaba convencido de que una de las grandes funciones del cómic es crear grandes mitos contemporáneos. A ello se aplicó toda su vida, y por ello su obra no deja de ganar nuevos lectores. Porque es en las épocas mediocres cuando los mitos son más necesarios, para recordarnos que –como decía Rimbaud – la verdadera vida está en otra parte.

Cantaba John Lennon:

“Imagina que no hay paraíso/ningún infierno debajo de nosotros/Imagina a toda la gente/viviendo al día/Imagina que no hay países/Nada por lo que matar o morir/ni religiones tampoco/Imagina que no hay posesiones/Una hermandad del hombre/compartiendo todo el mundo/Y el mundo vivirá como uno solo”.

La paz del rebaño. Un eterno presente de placidez bovina al que más de un personaje de Hugo Pratt no dudaría en encender la mecha y hacer saltar por los aires. El mundo de Corto Maltés es otra cosa, es el mundo arriesgado y contradictorio, trágico e impredecible de las desigualdades y las fronteras, de las aventuras y de los pueblos.

RODRIGO AGULLÓ


Extraido de: http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3888

2010 Y EL HOMBRE INVENTÓ LA RUEDA...

aunque aun existen "civilizaciones" que aun van un poco retrasadas...(viñarock)

René Guenon



"¿Es verdad que los hombres son más felices hoy que en otros tiempos, porque disponen de medios de comunicación más rápidos o de otras cosas de este tipo, porque llevan una vida agitada y más complicada? Nos parece que más bien es todo lo contrario: el desequilibrio no puede ser la condición de una verdadera felicidad. Por otra parte, cuantas más necesidades tenga el hombre, más corre el riesgo de carecer de algo y, por consiguiente, de ser desgraciado."


La crisis del mundo moderno.

martes, 13 de diciembre de 2011

Sevilla 28-E

Leer

"MANTÉN SIEMPRE TU CEREBRO ACTIVO.NO ESTÉS OCIOSO. AYUDA A LA SALUD DE
TU CUERPO MANTENIENDO UNA MENTE CLARA.ELIGE BIEN TUS LECTURAS O PIDE
CONSEJO A PERSONAS DE TU CONFIANZA. ESCRIBE, MEDITA, ESTUDIA".

Ética Revolucionaria - Pedro Varela



La Fiel Infanteria Española



Ardor guerrero vibre en nuestras voces
y de amor patrio henchido el corazón,
entonemos el himno sacrosanto
del deber, de la Patria y del Honor. ¡Honor!

De los que amor y vida te consagran
escucha, España, la canción guerrera,
canción que brota de almas que son tuyas,
de labios que han besado tu Bandera;
de pechos que esperaron anhelantes
besar la Cruz aquella
que forma con la enseña de la Patria
y el arma con que habían de defenderla.

Nuestro anhelo es tu grandeza,
que seas noble y fuerte.
Nuestro anhelo es tu grandeza,
que seas noble y fuerte;

Y por verte temida y honrada
contentos tus hijos irán a la muerte.
Y por verte temida y honrada
contentos tus hijos irán a la muerte.

Si al caer en lucha fiera ven flotar
victoriosa tu Bandera,
ante esa visión postrera,
orgullosos morirán.

Y la Patria, al que su vida le entregó
en la frente dolorida
le devuelve agradecida,
el beso que recibió.

El esplendor de gloria de otros días
tu celestial figura ha de envolver;
pues aún te queda la fiel Infantería,
que, por saber morir, sabrá vencer.

Y volverán tus hijos ansiosos al combate,
tu nombre invocarán,
y la sangre enemiga en sus espadas
y la española sangre derramada
tu nombre y tus hazañas cantarán.

Y estos soldados de tu Infantería
sienten que se apoderan de sus pechos,
con la épica nobleza y gallardía,
el ansia altiva de los grandes hechos,
te prometen ser fieles a tu Historia
y dignos de tu honor y de tu gloria.



lunes, 12 de diciembre de 2011

Discursos de Formación


GANDHI FASCINADO POR EL DUCE

El 12 de diciembre de 1931, Mahatma Gandhi visitó Roma para conocer a Benito Mussolini.


El Cesar lo recibió amablemente en abierta contradicción con el desprecio que el líder indio recibía del campeón de la democracia, según la propaganda sistemática, Winston Churchill.

Gandhi se sintió "fascinado" por el genio del Duce y la obra esplenderosa que estaba realizando expresando:
"El es un verdadero superhombre, alguien inalcanzable.Es el nuevo Mazzini de Europa."

domingo, 11 de diciembre de 2011

Sonido Mod

sábado, 10 de diciembre de 2011

ODIO AL FUTBOL MODERNO


Es curioso... pero no hemos podido encontrarlo en castellano...(¿censura en you tube?)

Es por tí


Este y oeste abarcaban tus alas
cabezas erguidas miraban al sol
nación poderosa que supo llegar
mas alla de las tierras Allende del mar.


Fiel fortaleza tu eterno ideal
tierras y mares tu potestad
himnos de gloria que soportara
el paso del timpo sin flaquear.

Oh oh oh oh
es por ti nacion
oh oh oh oh
es por ti nacion.

Si por ti la vida hubiera de dar
no dudaria en morir
si por ti hubiera que pelear
no me pondria a pensar.

Si por ti la vida hubiera de dar
no dudaria en morir
si por ti hubiera que pelear
no me pondria a pensar.

Oh oh oh oh
es por ti nación
oh oh oh oh
es por ti nación.

Si por ti la vida hubiera de dar
no dudaria en morir
si por ti hubiera que pelear
no me pondria a pensar.

Si por ti la vida hubiera de dar
no dudaria en morir
si por ti hubiera que pelear
no me pondria a pensar.

Recuerdos de gloria que no moriran
tus hijos anhelan volver a empezar
nación poderosa que supo llegar
mas haya de las tierras Allende del mar.

Oh oh oh oh
es por ti nacion
oh oh oh oh
es por ti nacion.

Si por ti la vida hubiera de dar
no dudaria en morir
si por ti hubiera que pelear
no me pondria a pensar.

Si por ti la vida hubiera de dar
no dudaria en morir
si por ti hubiera que pelear
no me pondria a pensar.

viernes, 9 de diciembre de 2011

RETOMARLO TODO

¡Feliz Viernes!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Inmaculada Concepción



Inmaculada Concepción significa: ""Concebida sin mancha de pecado original"".


El 8 de diciembre de 1854 el Sumo Pontífice, Pío Nono, después de recibir peticiones de todos los obispos y Universidades Católicas de todo el mundo para que lo hiciera, se reunió en la iglesia más grande y más bella del mundo, la Basílica de San Pedro en Roma, con más de 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, embajadores y miles y miles de fieles católicos, y en medio de la emoción general declaró solemnemente: ""Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, embajadores y miles y miles de fieles católicos, y en medio de la emoción general declaró solemnemente: ""Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe"".

En ese momento las campanas de las 300 torres de Roma se echaron a vuelo. Palomas mensajeras salieron en todas las direcciones llevando la gran noticia, y en los 400,000 templos católicos del mundo se celebraron grandes fiestas en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Unas monjitas le preguntaron al gran Pontífice Pío Nono: ""Santo Padre: ¿qué sintió Su Santidad en el momento en que proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854? Porque le veíamos como transformado y con el rostro iluminado"".

Y el Santo Pontífice respondió: "En el momento en que declaré que la doctrina que enseña que la Virgen María fue concebida sin pecado original, es un dogma de fe, sentí un conocimiento tan claro y tan grande de la incomparable pureza de la Virgen María que nadie podría describir; mi alma quedó llena de alegrías nunca sentidas. Reunid todas las grandes alegrías de vuestra vida: las del día de la Primera Comunión, las del día de Toma de Hábito y del día de la Profesión, las de Bodas de Plata, etc., etc., y tendréis una pequeña idea de lo que mi alma sintió en aquella fecha memorable".